sábado, diciembre 24, 2011

Desiderata

"Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,

y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.

Di tu verdad tranquila y claramente;

Y escucha a los demás,

incluso al torpe y al ignorante,

ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas,

pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás,

puedes volverte vanidoso y amargado

porque siempre habrán personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes,

Interésate en tu propia carrera,

por muy humilde que sea;

es un verdadero tesoro en las cambiantes vicisitudes del tiempo.

Sé cauto en tus negocios,

porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;

mucha gente lucha por altos ideales,

y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tú mismo,

especialmente no finjas afectos.

Tampoco seas cínico respecto al amor,

porque frente a toda aridez y desencanto,

el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años,

renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,

pero no te angusties con fantasías,

muchos temores nacen de la angustia y la soledad.

Más allá de una sana disciplina,

se amable contigo mismo,

eres una criatura del universo

al igual que los árboles y las estrellas;

tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente,

sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, mantente en paz con Dios,

de cualquier modo que le concibas.

Cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,

mantente en paz con tu alma,

en la ruidosa confusión de la vida,

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,

éste sigue siendo un hermoso mundo;

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz."


A todos deseo una muy feliz navidad, y cuelgo dos cuentos ad-hoc que me parecen hermosos, y que nos recuerdan que éste mundo merece muchos cambios:

...por si tienen el tiempo y la voluntad.








viernes, julio 22, 2011

01

Parémonos. Me has venido hoy, lector, acompañando en este mutuo monodiálogo; me lo has estado inspirando, soplando, sin tú saberlo; me has estado haciendo mientras yo lo estaba haciendo y te estaba haciendo a ti como lector. Gracias, pues, gracias de corazón por ello. Y como es tu obra, se te ofrece tuyo.

sábado, julio 09, 2011

Diálogo de Chile

Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
y llorarás.

lunes, junio 13, 2011

06

-¡Ahí va, pero qué tonta soy!- exclama mi amiga, repentinamente alerta, como la mujer que se ha acordado demasiado tarde de los pasteles que había dejado en el horno-. ¿Sabes qué había creído siempre?- me pregunta en tono de haber hecho un gran descubrimiento, sin mirarme a mí, pues los ojos se le pierden en algún lugar situado a mi espalda-. Siempre había creído que para ver al Señor hacía falta que el cuerpo estuviese muy enfermo, agonizante. Y me imaginaba que cuando Él llegase sería como contemplar una vidriera baptista: tan bonito como cuando el sol se cuela a chorros por los cristales de colores, tan luminoso que ni te enteras de que está oscureciendo. Y ha sido una vidriera de colores en la que el sol se colaba a chorros, así de espectral. Pero apuesto a que no es eso lo que suele ocurrir. Apuesto a que, cuando llega a su final, la carne comprende que el Señor ya se ha mostrado. Que las cosas, tal como son -su mano traza un círculo, en un ademán que abarca nubes y cometas y hierba, y hasta a Queenie, que está escarbando la tierra en la que ha enterrado su hueso-, tal como siempre las ha visto, eran verle a Él. En cuanto a mí, podría dejar este mundo con un día como hoy en la mirada.

sábado, mayo 21, 2011

Debo fingir...

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.

jueves, abril 21, 2011

Aunque parezca muy desordenado, creo que debería insertar aquí un párrafo para responder a un par de preguntas embarazosas. En primer lugar, ¿por qué seguía sentado en el coche? ¿Por qué no salía, por ejemplo, mientras estábamos parados ante un semáforo? Y lo que es aún más evidente, ante todo, ¿por qué me había metido en el coche...? Hay, para mí al menos, una docena de respuestas a estas preguntas, y todas ellas, aunque confusas, suficientemente válidas. Pero creo que puedo omitirlas y limitarme a reiterar que era 1942, que yo tenía veintitrés años, acaba de alistarme, acababa de darme cuenta de la eficacia de mantenerse junto al rebaño y, sobre todo, me sentía solo. Uno se mete sencillamente en los coches repletos y se queda allí sentado, así lo veo yo.

sábado, abril 02, 2011

Para que tú me oigas

Para que tú me oigas
Mis palabras
Se adelgazan a veces
Como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
Para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
Y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
Para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
Para tus blancas manos, suaves como las uvas.

sábado, marzo 26, 2011

Hija

    Tengo tu rostro entre las manos
    Oh aire dulce, retrato de aire
    Anillo del mundo y del pasado
    Tu rostro de silencio
    Rostro de lámpara tierna
    Con qué facilidad te formas en mis ojos
    Como vuelves alegrando la negrura.

    Miseria del recuerdo
    En el umbral del frío la selva se hace sueño
    Se desprenden las hojas
    Se mueren las miradas gota a gota.

domingo, febrero 20, 2011

Carta a la amada inmortal - Extracto

¡Mi ángel, mi todo, mi propio ser! Sólo unas pocas palabras hoy.
¡Qué inútil pérdida de tiempo! ¿Por qué este profundo dolor, cuando la necesidad se pronuncia? ¿Puede nuestro amor perdurar sino a través del sacrificio, de no pedirlo todo el uno del otro? ¿Puede cambiar el hecho de no ser tú completamente mía, ni yo completamente tuyo?
El amor lo demanda todo y con justa razón. Así es para mí contigo y para ti conmigo, pero tú olvidas tan fácilmente que debo vivir para mí y para ti. Si estuviésemos completamente unidos ello te provocaría un dolor tan pequeño como a mí.
Aún no puedo compartir contigo los pensamientos que me han rodeado los pasados días. Mi corazón está lleno de tanto para decirte. Hay momentos en que me parece que dicha prosa se acumula en nada. A veces alegre, a veces triste, siempre anhelante por saber si acaso el destino nos escuchará. Sólo puedo vivir si estoy contigo, o no viviré; por mucho que tú me ames, yo te amo más. Tristemente, así es como debe ser. Debes dominarte más estando en conocimiento de mi lealtad hacia ti. Nadie podrá nunca más poseer mi corazón, nunca, nunca.
Oh Dios, ¿Por qué debe uno estar separado de aquél a quien ama con tanto fervor? Tu cariño me hace a la vez la más feliz y la más infeliz de las personas.
Mi ángel, permanece en calma, se paciente, ámame hoy, ayer. ¡Qué doloroso anhelo de ti!, tú, tú, mi vida, mi todo. Continúa amándome, y nunca maljuzgues el muy fiel corazón de tu amado, siempre tuyo, siempre mío, siempre nuestro.

domingo, enero 16, 2011

Abstracciones

Pero sabía de sobra que el mismo espíritu de agujas y torres que ahora le transportaba hacia una ensoñadora complacencia, en su día volvería a intimidarle. Y se daba cuenta de sus propias inconsecuencias. El esfuerzo no habría de servir sino para poner de manifiesto su impotencia y su incapacidad. Sintió una nerviosa excitación que bien podía ser el lento latido de su corazón: era una corriente cuyas fugaces arrugas, antes de arrojar la piedra, se desvanecen en el mismo momento de levantar la mano. No había dado nada, nada había recibido.