miércoles, enero 20, 2010

296 - Más allá del bien y del mal.

¡Ay! ¿Qué sois ahora, pensamientos míos, una vez que os he escrito y coloreado? Hace poco erais tan multicolores, tan jóvenes y maliciosos, tan llenos de aromas picantes y secretos, que me hacíais reír y estornudar. ¿Y ahora? Habéis perdido vuestra novedad, y temo que algunos de vosotros estéis dispuestos a convertiros en verdades. Ofrecéis un aspecto tan inmortal, tan honesto y tan enojoso, que parte el corazón. Pero, ¿es qué alguna vez ha sido de otro modo? Porque, ¿qué es lo único que somos capaces de escribir y de pintar con nuestros pinceles de mandarines chinos quienes eternizamos lo que se deja escribir? ¡Ay! ¡Sólo lo que está empezando a marchitarse y a perder su perfume! ¡Sólo tormentas que se alejan y se disipan, y sentimientos que el otoño a tornado amarillos! ¡Sólo pájaros perdidos y cansados de volar, que se dejan coger por nuestras manos! Eternizamos todo lo que ya no puede vivir ni volar, lo que ya está cansado y reblandecido. Para pintar tan sólo vuestro atardecer, pensamientos míos escritos y coloreados, mi paleta dispone de colores --de múltiples colores de infinitos matices y delicados tonos amarillos, grises, verdes y rojos--, pero nadie es capaz de adivinar, viendo mi pintura, cuál fue el esplendor de vuestra mañana, súbitas centellas, maravillas de mi soledad, viejos y queridos...malos pensamientos míos!