Parémonos. Me has venido hoy, lector, acompañando en este mutuo monodiálogo; me lo has estado inspirando, soplando, sin tú saberlo; me has estado haciendo mientras yo lo estaba haciendo y te estaba haciendo a ti como lector. Gracias, pues, gracias de corazón por ello. Y como es tu obra, se te ofrece tuyo.
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